PERU Deporte

A sus 27 años la deportista peruana llegó a ubicarse este año en el cuarto puesto del ranking mundial de box femenino. Su pegada es letal.

KINA MALPARTIDA: LA CHICA DINAMITA

Por: Raúl Alarcón
Revista Caretas

Lima, 28/Feb./2009

Hija del tricampeón de tabla hawaiana Óscar ‘Chino’ Malpartida y de la famosa modelo Susy Dyson, Kina ha heredado de su padre la pasión por los deportes y de su madre el garbo que cautivó las pasarelas internacionales en los setentas. Campeona de tabla en varios torneos durante su niñez y adolescencia, se mudó a Queensland, Australia, a los 19 años, en donde estudió la carrera de administradora de restaurantes. A los 23 un amigo la llevó a un entrenamiento de boxeo y desde entonces decidió dedicarse de lleno a este deporte. Actualmente reside en Los Ángeles (EE.UU.) y tiene diez peleas oficiales como profesional. Su próxima meta: el campeonato mundial en su categoría: la súper pluma.

A Kina Malpartida Dyson, primogénita de una de las parejas más famosas del jet set limeño de los ochentas, conformada por el tablista Óscar ‘Chino’ Malpartida y la ex modelo Susy Dyson, siempre le gustaron los deportes. Por eso era frecuente verla correr, luego de sus clases en el colegio Roosevelt, tras una pelota de fútbol junto a sus amigos de su barrio de Miraflores.

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“Siempre he sido bien criolla, como mi papá, y nunca me hago problemas”, confiesa. A los seis años había comenzado a practicar karate (cinturón marrón) a la par del básquetbol y el tenis. Recién a los trece se iniciaría en el surf, el deporte que más apasionaba a su padre, quien fue tres veces campeón nacional de tabla.

Según los entendidos heredó la destreza de su padre. Los tablistas más veteranos, Magoo de la Rosa incluido, avizoraban a mediados de los noventas que entre Kina y Sofía Mulanovich, dos amigas de Punta Hermosa, estaría la primera campeona mundial peruana de tabla. En las competencias de tabla Kina era el terror de la ‘Gringa’, cuando no ganaba una lo hacía la otra. Pero todo eso parecía importarle poco a ella porque a diferencia de Sofía, Kina era lo que se llama una soul surfer. Y es que ella surfeaba por diversión, por puro placer, no para competir. “Nunca me gustó mucho la competencia en el surf, no era mi pasión, lo hacía porque todo el mundo me animaba y me regalaban ropa y tablas, pero la idea de competir era lo que más odiaba”, confiesa.

Golpe a golpe

Siendo aún muy joven la vida le jugó una mala pasada. Su padre, el ‘Chino’, su mejor amigo, falleció en un accidente de paracaidismo. La noticia envió a la lona a Kina, pero luego se levantó y siguió adelante. Después de todo, eso es lo que marca la diferencia entre los vencedores de los simples mortales: las ganas de seguir luchando, el no darse por vencido pese a la adversidad.

Fue así que Kina dejó el surf y con apenas 19 años viajó a Australia a estudiar administración de restaurantes y catering. “Elegí esa carrera porque mi familia siempre estuvo ligada a los restaurantes, mi papá fue dueño del Mediterráneo Chicken y El Salto del Fraile. Además, entonces tuve la visión de que la comida en el Perú se iba a desarrollar mucho y, mira tú, acerté”.

Pero hace cuatro años, de visita por Lima, su vida daría un nuevo giro al descubrir en el boxeo su verdadera vocación (Ellos y Ellas 80). De regreso a Australia buscó un entrenador y entró a la competencia oficial ganando sus primeras cinco peleas en la categoría súper pluma de 53 kilos. Por eso el año pasado decidió viajar a la meca de este deporte, Estados Unidos, para seguir escalando posiciones en el ranking. Kina ha llegado a figurar este año en el cuarto puesto del Box Rec y en el séptimo lugar del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), dos de los rankings mundiales más importantes en la rama femenina de este deporte. En su corta carrera ha ganado ocho peleas (una por knock out) y perdido dos, una de estas por negligencia de su anterior manager que la hizo pelear con una rival de una categoría superior.

–¿Qué ha sido lo peor que te ha pasado en un ring de boxeo?

–En mi quinta pelea me lesioné la mano y hace poco me dieron un fuerte golpe en la oreja que afectó mi equilibrio. Lo peor de todo fue que esa pelea la perdí y a mí me afecta mucho perder, es lo que más odio en la vida.

–¿Y nunca pensaste ser modelo como tu madre?

–Nunca me llamó la atención ni me gustó ese ambiente, porque entonces lo veía como muy material y frívolo, aunque ahora pienso diferente, ya que podría resultar hasta útil para marketearme, en mi carrera como boxeadora. En todo caso, a mí nunca me ha preocupado el aspecto externo, pienso que lo importante es estar bien con una misma.

–¿Tienes planes para cuando dejes el boxeo?

–Me gustaría tener mi propio gimnasio. He estudiado para administrar restaurantes pero pienso que esos conocimientos se pueden aplicar para cualquier negocio.

–En noviembre de este año te ofrecieron luchar en Canadá por el título mundial de la World Boxing Association.

¿Qué pasó?

–Con mi manager y entrenador Frank Rivera decidimos que aun no era el momento. Yo aspiro a obtener el campeonato mundial, pero todo a su debido tiempo.

–Con Sofi, campeona mundial de surf, serían dos campeonas mundiales del mismo balneario.